La felicidad es una decisión diaria y no el resultado de las circunstancias
cotidianas, solo así, podemos ejercitar cada día uno de los valores
más complicados de asimilar, la gratitud.
Estar agradecido por lo que nos acontece, es una filosofía de vida respaldada
por una fuerte voluntad interior, en donde establecemos un compromiso
con nosotros mismos para mostrar agradecimiento ante los aciertos y
las adversidades que la existencia nos brinde. No es cuestión de maquillar
la realidad con un insistente optimismo, sino de aceptar que cuando
estamos vivos, todo aquello que nos ocurre aporta a convertirnos en una
versión mejorada de nosotros mismos.
Hay que ser muy valiente para saber agradecer lo bueno y lo malo que nos toca disfrutar y aprender.
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