Las entregas nunca son completas, al menos no esta dimensión, ni en este tipo de vida;
nuestra realidad se impone y por consiguiente las entregas que realizamos hacia
los demás, hacia lo que hacemos, y hacia lo que queremos siempre serán una
entrega parcial. Eso no significa que lo que entregamos de nosotros mismos
no sea auténtico y no represente en si misma una totalidad, que al regresar a nuestro
interior, impacte nuestra personalidad, nuestra actitud, nuestra forma de sentir,
de pensar y de percibir al mundo. De vinculaciones importantes, no saldremos
intactos, siempre habrán cambios que se darán para bien o incluso para mal
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