Interesante la arrogancia que nos posee a los seres humanos, que pretendemos
creer que engañamos a los demás con los sentimientos que brotan auténticamente
de nuestro interior. Cuando una persona mueve tu mundo, no puedes disimular,
es a tal punto, que todos se dan cuenta, menos tu mismo, que sigues negando
dicha reacción. Derroches y desgastes de energía posee la negación,
que terminas molesto, hastiado y hasta huyendo de las situaciones.
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