Las eventualidades de la vida, los conflictos, los obstáculos, y todo aquello que no es factible
de solución inmediata, puede generar un impacto emocional distinto en cada persona.
Cuando no logramos encontrar respuestas o soluciones para una circunstancia, es cuando
se hace presente la frustración, como una respuesta emocional en consecuencia de lo que no es posible comprender, aceptar y asimilar. Eso puede generar emociones negativas dentro de nosotros mismos, dándonos la falsa idea de ser incapaces, vulnerables y en muchos casos, llevarnos a estadíos de tristeza, aislamiento y depresión. La frustración es un punto ciego de experiencia, que cada ser humano con humildad debe afrontar, con la plena convicción de que sigue en el proceso de crecimiento y aprendizaje de la vida.
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