Todos los seres humanos de una u otra forma mentimos a lo largo de nuestra vida.
En muchas ocasiones como parte de la evolución natural humana, para ser prudentes,
para encajar, o incluso por educación. La verdad sea dicha, no podemos andar por
la vida con la verdad en la solapa de la vestimenta, máxime si la misma no está en su
tiempo justo para ser revelada. Hasta para decir y recibir las verdades, es necesario
tener el arte y sabiduría de percibir los momentos precisos. Mentir es ocultar intenciones,
información, o incluso el omitir acontecimientos que pueden ser descubiertos. Mentir es
una habilidad implícita en los seres humanos y aprendemos a hacerlo desde la infancia y
lo hacemos, porque funciona para obtener ventajas sustanciales y diversos beneficios.
La mejor forma de ser un mentiroso hábil, es aprender a mentirnos a nosotros mismos.
El auto engaño es la forma más eficaz de mentir a los demás y aceptar las mentiras de
los otros, disculpando a cada momento cada mentira emitida. No es cuestión de vivir
con verdades desnudas, ni con mentiras vestidas, sino de encontrar el equilibrio en
donde comprendemos qué nos corresponde hacer, decir o sentir en cada momento.
La vida es toda una tarea de descubrimientos y crecimiento.