A veces estamos constantemente esculpiendo en los demás imágenes que anhelamos, necesitamos o deseamos, a menudo en contra de la realidad, en contra de su beneficio y lo que provoca al final un desengaño en nosotros mismos.
La realidad siempre se impone, no podemos cambiar a los demás a nuestro gusto, ni a nuestra semejanza. La sensatez debe invadirnos, no debemos intentar cambiar a los demás a la luz de nuestras expectativas, ni a la similitud de nuestros deseos.
La verdad debe equilibrarnos, cada uno es un ser único, individual, y con pleno derecho de ser como es, no podemos colocarnos como superiores intentando decirles, o lo que es peor presionarlos a ser como nosotros creemos que deben ser, o como nosotros somos. Tampoco podemos colocarnos como inferiores, tratando de complacer los deseos y las expectativas de los que amamos, olvidándonos de nosotros mismos. Solo podemos ser nosotros mismos, pero para ser nosotros mismos, debemos descubrir el amplio significado que ese concepto puede representar y elegir si en lo que nos hemos convertido, es precisamente lo que queremos ser. No te abandones a ti mismo, nunca. Gracias por leerme!
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