lunes, 29 de septiembre de 2014

LA PROSPERIDAD GENERA MALOS HÁBITOS


La prosperidad da un falso de sentido de seguridad, lo que impide desarrollar herramientas para épocas de crisis.  Todos nos aferramos a las cosas que funcionan, las repetimos constantemente para que sigan dándose los mismos resultados positivos, pero después de un tiempo es necesario movilizarse.  La prosperidad tiende a generar un mal pensamiento sobre las crisis,  como algo muy dramático que puede acabar con la vida.  La crisis marca a las personas, porque no podemos retomar lo que antes era, sino que nos deja en el vacío, nos toca construir algo nuevo y que se constituya mejor, esta situación nos genera angustia, enojo, incertidumbre, pero sobre todo la necesidad de empezar a movilizar de la zona de confort, de la zona de los laureles en donde la misma prosperidad nos ha acomodado.  La prosperidad nos proporciona descanso y comodidad, la crisis en cambio nos obliga a movernos y pone a prueba nuestra propia capacidad y habilidad para el cambio y la adaptación, esencia fundamental de la vida.   La base esencial del ser humano, es el cambio, está puesto desde que nacemos, es el desarrollo de ocuparnos y no pre-ocuparnos, de prepararnos y actuar, en lugar de acomodarse.


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