LA PROSPERIDAD GENERA MALOS HÁBITOS
La prosperidad da un falso de sentido de seguridad, lo que impide desarrollar herramientas para épocas de crisis. Todos nos aferramos a las cosas que funcionan, las repetimos constantemente para que sigan dándose los mismos resultados positivos, pero después de un tiempo es necesario movilizarse. La prosperidad tiende a generar un mal pensamiento sobre las crisis, como algo muy dramático que puede acabar con la vida. La crisis marca a las personas, porque no podemos retomar lo que antes era, sino que nos deja en el vacío, nos toca construir algo nuevo y que se constituya mejor, esta situación nos genera angustia, enojo, incertidumbre, pero sobre todo la necesidad de empezar a movilizar de la zona de confort, de la zona de los laureles en donde la misma prosperidad nos ha acomodado. La prosperidad nos proporciona descanso y comodidad, la crisis en cambio nos obliga a movernos y pone a prueba nuestra propia capacidad y habilidad para el cambio y la adaptación, esencia fundamental de la vida. La base esencial del ser humano, es el cambio, está puesto desde que nacemos, es el desarrollo de ocuparnos y no pre-ocuparnos, de prepararnos y actuar, en lugar de acomodarse.
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