DEL PESIMISMO AL OPTIMISMO
Observa los pensamientos que dan vueltas por tu cabeza en el transcurso
del día, o mejor aun cuando peor te sientes. Los pensamientos provienen de aprendizajes anteriores, que han sido
asimilados e internalizados, por lo que se vuelven automáticos. Si has
aprendido a ser juzgado, criticado, corregido, y menospreciado, tus
pensamientos automáticos generarán ese tipo de contenidos de forma automática
también.
El ser optimista no consiste en mantener un pensamiento que todo está
bien, sino que implica una actitud creativa, en donde te puedas sentir que en
la mayoría de experiencias puedes sacar un buen partido de las situaciones si
se afrontan con ingenio, flexibilidad, buena voluntad y sobre todo con
perseverancia.
Una actitud positiva obtiene mejores resultados de la vida, y en
concreto de las adversidades. Si adoptas una actitud pesimista,
victimísta o desesperanzada, tu nivel de energía para acometer la vida es bajo,
apático y todo lo que ocurra a tu alrededor no será percibido como una
oportunidad para ti.
Si tratas de cultivar una actitud positiva en tu vida, los buenos
resultados te ayudarán como semillas para afianzar el optimismo, serán nuevos
argumentos que integrarás en tus pensamientos para seguir pensando en
positivo. Si te comprometes contigo mismo en desarrollar una
actitud positiva ante las adversidades, podrás desarrollar aprendizaje y
herramientas para cualquier eventualidad que se presente en el futuro.
No pierdas de vista que como ser humano, nuestro cuerpo se asocia a la
mente, por lo tanto, alimentarnos internamente con sentimientos negativos como
el odio, los celos, la ansiedad o la ira pueden desembocarse en trastornos en
la salud física y mental.
Tú tienes la capacidad de transformar todo lo que estás sintiendo, todo
lo que estás pensando. El cuerpo sigue a la mente y la imita reflejando
sus cambios, por lo tanto el poder lo tienes tú en lo que decides pensar, en lo
que te aferras a sentir y mantener en el interior de tu ser.
Como seres humanos, no somos únicamente producto del entorno o las
circunstancias, y aún los pensamientos negativos, o los sentimientos intensos
negativos pueden aprovecharse porque están cargados de mucha energía, la clave
es canalizarlos en fuerza para lograr objetivos y metas, o también para
construir internamente fortaleza y externamente fuerza.
Tenemos como seres humanos la capacidad para construir el destino desde
nuestro interior, con nuestros pensamientos, sentimientos y debemos buscar
desarrollar la habilidad de traducirlo a la realidad con nuestras acciones,
tomando y decidiendo usar la voluntad que poseemos y que es libre para que
podamos elegir lo que deseamos.
QUÉ HACER?
- EVALÚA Y RECONÓCELOS. Trata de ser objetivo contigo mismo y empieza a revisar el contenido de tus pensamientos. Pon esos pensamientos a prueba de realidad, porque no necesariamente serán verídicas en cuanto a las acusaciones, victimismo o desesperanza que puedan trasmitirte. Es muy fácil hacer frente a las acusaciones externas, pero las acusaciones propias difícilmente nos percatamos que pueden hacernos daño y no las cuestionamos.
- BUSCA EXPLICACIONES MÁS VERÍDICAS. Evita generalizar, sacar conclusiones precipitadas, asumir que sabes con certeza lo que está pasando, o lo que es peor tomarte todo lo que te pasa como algo personal. Limita el alcance del problema sin dejar que te invada la vida.
- PIENSA DE FORMA OBJETIVA Y RACIONAL. Es sumamente útil tomar lápiz y papel para plantear lo que te atormenta y tratar de describir el problema en concreto, también añadir tus creencias, tus pensamientos, tus expectativas y lo que consideras que deseas que pase.
Haz una lista de al menos
diez cosas que te guste hacer. Descubrir que te alimenta de energía
positiva, te ayuda a motivarte internamente, y si haces cosas, te pasarán cosas esa es la mejor prueba de transformar situaciones negativas en positivas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario