Bailar es una expresión natural, en donde se representan diversas
emociones contenidas dentro del universo personal de cada uno.
Entre todos los bailes que podemos conocer, el TANGO, está plagado de
símbolos expresivos, al no permitir que se incluyan más de dos,
debido a la estructura interna de sus movimientos, ejecutados de tal
forma que esos dos a través de la sinergia que comparten se muevan
como uno solo. El baile del Tango y la relación de Pareja resultan tener
una interesante similitud, si uno está muy concentrado en ejecutar
muy bien el baile y conectado con su cómplice de acción, un tercero
no tiene espacio, no tiene cabida y ni siquiera es factible percatarnos
de su existencia o aproximación. El Tango y la relación de pareja por tanto,
generan una fuerte unión, no es casualidad, es la síntesis de una constante
construcción, llena de compromiso personal, de perseverancia y una
amorosa atención enfocada.
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