Tomar una decisión, es una de las tareas más penosas que nos aquejan a los seres humanos. Eso se debe a que, debemos elegir, circunstancia que nos obliga a escoger uno y desechar diversas opciones conocidas y hasta desconocidas que ya no forman parte de la elección ejecutada. Sin embargo, la penosa tarea de tomar decisiones no termina en el desecho de las opciones que ´percibimos, ya que, al tomar la decisión que nos compete, aún nos queda emprender la ruta escogida la cual está llena de nuevas experiencias y aprendizajes que al final de su trayecto nos muestran el por qué de la elección que hemos realizado. Comprender el por qué de nuestras decisiones, es lo que nos imprime de un poder personal necesario y de una férrea razón para confiar en nosotros mismos y la vida que vivimos
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