Que cada quién reciba lo que le llegue, a veces no es cuestión de cantidad ni de calidad, sino de la percepción del receptor, o de la falta de expresión del emisor...
Que todo se afinque en la humanidad y sus diversos lenguajes para amar.
Hay demasiados lenguajes como para quedarse en el más superficial, el de la ironía.
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