Para enamorarse se necesita de una valentía que se pone a prueba en cada tramo del amor. Para enamorarse, los delirios, los suspiros y los respiros dejan de ser una simple emoción y se transforman en un lenguaje de a dos. En estos lenguajes amorosos, indiscutiblemente se abren universos paralelos, se construyen espacios de fantasía y se vive a través de felicidad extrema y agonía. Para enamorarse se requiere de una indiscutible valentía, porque los cambios son tan abruptos que se abren espacios en donde dejas de ser tanto tú, y te conviertes en la oda a un nosotros con fuertes conceptos
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