Aprender a ser autónomos dentro de todas las relaciones que sostenemos en la vida es parte de nuestra condición humana. Respetar el espacio personal de cada persona que amamos, se lee fácil, pero resulta una odisea que únicamente puede basarse en la confianza que extendemos hacia los demás. Como personas, necesitamos establecer vínculos diversos cargados de afecto, respeto, amor y protección ya que, no existe nada más reconfortante para la salud mental que las relaciones familiares, de pareja y/o amistosas que establecemos. Cuando no respetamos los espacios personales de los demás y desarrollamos un apego ciego y desmedido, ya no podemos diferenciarnos de ellos y automáticamente dejamos de ser nosotros mismos. Este tipo de pegoteo puede generar relaciones complicadas, llenas de malos entendidos y desgastantes por excesivas cercanías.
El desapego no significa romper vínculo emocionales ni enfriarlos, es reforzarlos con respeto, amor y consideración
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