martes, 14 de marzo de 2017

PEQUEÑOS CRIMENES No.85

Cada ser humano es un mundo y por más que querrámos interpretarlo, siempre quedaremos cortos ante tal osada tentativa. Tal es el caso, que mucho de lo que percibimos de los demás, resulta ser más información de nosotros mismos proyectada, que una descripción fiel de quien es el otro. Cada ser humano está impregnado de sus propias experiencias, sentimientos y pensamientos, algunos compartidos y otros guardados en los más diversos lugares de su interior. ¿Entonces? ¿Cómo logramos interactuar con los demás y conocerlos? Suena algo que todos en algún momento deseamos hacer, generar una conexión con esos otros que están al alcance de la vista pero no del entendimiento. En cada encuentro, en cada intercambio de información y en cada espacio vacío de personas, vamos conociendo a esos otros que habitan el mundo, pero indiscutiblemente nos vamos reconociendo a su vez a nosotros mismos. He ahí lo que un vinculo genera, ver y conocer a otros en el mundo y simultáneamente, nos descubrimos y reconocemos a nosotros mismos. 

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