Nada en esta vida dura para siempre, eso resulta un terror enfrentar. De una u otra forma, deseamos alargar los momentos que consideramos nos brindan plenitud y felicidad. Pero la vida es vida, y si de algo podemos estar seguros es que con el tiempo las cosas de alguna forma cambiarán.
Mantener un corazón abierto y tomarse el tiempo para decir claramente lo que sentimos, lo que queremos y lo que no, resulta de valor en toda la dimensión de la palabra. El aprovechar los momentos del aquí y el ahora, son de un valor incalculable; el valor de enfrentarnos a la limitación de tiempos en la propia existencia y la valentía de admitir, que lo que fue, aunque no se repita ya forma parte de nuestra vida, requiere de una fortaleza interna sólida. Apreciar el aquí y el ahora se lee y se dice fácil, pero es una faena que muy pocos pueden honestamente lograr.
Mantener un corazón abierto y tomarse el tiempo para decir claramente lo que sentimos, lo que queremos y lo que no, resulta de valor en toda la dimensión de la palabra. El aprovechar los momentos del aquí y el ahora, son de un valor incalculable; el valor de enfrentarnos a la limitación de tiempos en la propia existencia y la valentía de admitir, que lo que fue, aunque no se repita ya forma parte de nuestra vida, requiere de una fortaleza interna sólida. Apreciar el aquí y el ahora se lee y se dice fácil, pero es una faena que muy pocos pueden honestamente lograr.
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