Cuando nos referimos a sentimientos positivos, hablamos de sensaciones que aportan algo a nuestro cuerpo, a nuestro corazón y a nuestra mente. Experimentarlos nos llena literalmente de bienestar, que se activa desde lo biológico en nuestro organismo, hasta la interpretación que de esos sentires podemos generar. La paradoja se establece en que no podemos solo percibir sentimientos positivos, no es factible para nosotros como seres humanos, apreciar lo bueno sin antes conocer lo malo, identificar el bienestar, sin antes poderlo comparar con el malestar. Inevitablemente somos seres de aprendizaje y evitar lo negativo y establecernos solo en lo positivo, es como tratar de vivir creyendo que solo es de día sin que caiga la oscuridad. Vivir resulta complejo para todos, y ciertas dosis de alegría se verán mezcladas con pequeñas porciones de tristeza, con el único objetivo de aprender, desarrollarnos y madurar, esta es la tarea, escoger quienes somos y como nos sentimos, no por las circunstancias externas, sino por lo que internamente decidamos hacer de cada uno de nosotros mismos.
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