En las relaciones con los demás nos mostramos tal y como somos, quién tenga ojos
que vea y reconozca, quién no, que juzgue, se burle y por lo que dice se exponga a sí mismo. Hay dos líneas frágiles que establecemos en el trato con los demás, una es
de amor y respeto, más la otra es de poder y sometimiento. No se confundan jamás,
porque donde hay poder y sometimiento contra un igual, no se expresa
ninguna tonalidad del amor. Las relaciones con los demás hablan claramente de
quiénes somos, queramos reconocerlo o no, como yo trato a los demás,
dice todo de mi, y como cada uno reacciona, dice todo de cada uno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario