lunes, 9 de enero de 2017

PEQUEÑOS CRIMENES No. 44

Solemos llorar por pérdidas que no son reales. 
Es necesario ubicarnos en la realidad, hay cosas que no nos pertenecen, por lo que 
llorarlas es innecesario e incongruente, porque no son nuestras. La realidad nos 
ayuda a poner los pies en la tierra y descubrirnos como seres humanos ante 
un vasto universo de personas, sentimientos, posibilidades y caminos por vivir y recorrer. 
A la larga es un valiente paso el aceptar que nada nos pertenece, 
más que la propia vida que vivimos

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