martes, 29 de septiembre de 2015
domingo, 27 de septiembre de 2015
PSICOLOGIA: EMPEZAR DE NUEVO
La
vida está llena de inicios y finales, que representan un cúmulo de ciclos que
se traslapan constantemente. Volver a
empezar representa el momento en el que nos damos cuenta que una circunstancia
ha terminado y no puede proseguir más, por lo que debemos buscar otro camino u
otra forma de vivir la vida. Es un
espacio que puede llenarnos de miedos e incertidumbre, por no saber qué ruta o
rumbo tomar. Empezar de nuevo nos plantea el reto de ver claramente qué ocurrió y tomar la decisión de hacer cambios que tal vez no deseamos, pero que son necesarios para mejorar como personas.
Cuando caes al fondo solo te queda un camino y ese es resurgir, requerirá de trabajo, esfuerzo, esperanza y optimismo, pero ese nuevo proceso también te permitirá ir trabajando en la confianza que tienes por ti mismo, en tu fuerza, en tu fortaleza y la perseverancia personal para alcanzar nuevas metas.
Analiza la situación que te hace empezar de nuevo. Puedes descubrir que una perdida siempre encierra una ganancia y encontrar que en lugar de tener un obstáculo, tienes la posibilidad de generar una nueva oportunidad. Empezar de nuevo nos permite aprender de nuestros errores y hacer de mejor forma aquello que en algún momento falló.
Adopta un enfoque positivo, es una buena herramienta antes de tomar cualquier decisión sobre los nuevos pasos a dar. La negatividad, que es algo
natural en los momentos que algo ha finalizado o se ha detenido, tiende a
lastimar y evitar que veamos claramente todas las opciones disponibles en la
vida.
Encuentra un propósito para empezar de nuevo. No te distraigas lamentándote por lo que ya perdiste, pues eso robará tu tiempo y tu energía. Enfócate en algo que te apasione y que disfrutes hacer para fortalecer tu estado de ánimo. Un por qué hacer las cosas nos imprime de mucha energía y de ganas de vivir que pueden haberse dormido.
Acepta que es necesario pasar por un proceso de duelo, perder algo que no esperabas genera dolor en la vida, no importa que tan fuerte creas ser. No huyas del dolor, de la perdida o del vacío, la mejor forma de sanar más rápidamente es admitiendo que eso que perdiste ya no está más y necesitas reorganizar tu vida, tus sentimientos y tus actividades.
Procura buscar nuevas cosas que hacer que te llenen de alegría y que te hagan sentir bien contigo mismo. Es momento de encontrar soluciones en tu vida y escoger nuevos caminos. Tendrás que considerar planificar de nueva forma tu vida, estar abierto a nuevas experiencias e intentar relacionarte con nuevas personas.
No dejes para mañana lo que puedes hacer ahora, igualmente lo tendrás que hacer. No permitas que la pereza, la apatía o la indiferencia te venzan en tu nuevo empezar. Procura rodearte de personas que te quieran y te apoyen para no dejarte caer en el desánimo.
Proponte cada día un nuevo objetivo, no un objetivo muy grande, sino pequeños logros para reafirmar la propia motivación. El reto ahora es vencer el propio desánimo y la desesperación. Cumplir pequeños objetivos te permite arriesgarte a soñar con proyectos más grandes, lo cual te motivará a formularlos como metas que ocuparán tu tiempo, que alimentarán tu ganas de alcanzar metas y fortalecerán tu imagen ante ti mismo.
Empezar de nuevo puede ser un regalo, puede ser ese momento de enfrentar el reto de iniciar una nueva vida, una nueva carrera o incluso la mejor excusa para empezar a perseguir los propios sueños. En estas circunstancias la soledad es una buena compañía, porque nos impulsa a crecer y a madurar a partir de las duras experiencias que hemos tenido que afrontar.
miércoles, 16 de septiembre de 2015
PSICOLOGIA: SOMOS HISTORIAS
Como seres humanos estamos dotados para remontarnos al futuro, podemos vivir en el presente y tenemos la capacidad de acceder al pasado, recordando la propia historia para construir o reconstruir. En cada momento, en cada instante hacemos historia a partir de nuestras vivencias. Dejamos huellas en el pasado, estamos elaborando constantemente en el presente y nos proyectamos hacia un futuro, todo con el afán de marcar referentes de nuestra existencia, de nuestro paso por la vida. Así va girando la historia, que se convierte en una especie de rueda, un círculo vicioso.
Hacer historia es hacer de nuestra existencia un proyecto de vida, trazando la propia misión, plasmando objetivos a los que nos comprometemos, y persiguiendo día con día las metas que anhelamos alcanzar a las cuales nos acercaremos cada vez más como resultado de nuestro empeño y esfuerzo. No existe historia sin visión, no se puede establecer un proyecto sin historia y no podemos aspirar a la libertad sin historia ni visión.
Si no existe visión en la vida, sufrimos de ceguera voluntaria y selectiva, no sabemos de dónde venimos, tampoco sabemos a donde nos dirigimos. Quien sabe de dónde viene, conoce su historia, se interesa por su procedencia y descubre quién es. Este conocimiento permite que nos enfoquemos, que tengamos la libertad de tomar decisiones sobre qué queremos, hacia dónde queremos dirigirnos, y cómo establecer la ruta para dirigir el barco de la propia vida.
Sabio Sócrates al expresarnos desde la Antigua Grecia "Habla para que yo te vea"
Retomemos entonces el sabio consejo, hablate a ti mismo, para verte a ti mismo, para conocerte, y para tener la libertad de elegir quién quieres ser, y no en quién te has convertido como resultado de tus circunstancias.
martes, 15 de septiembre de 2015
PSICOLOGIA: DEJAR IR, UN APRENDIZAJE NECESARIO
Cuando algo en la vida llega a su final lo mejor es aprender a separarse y dejarlo ir. Todo lo que empieza en algún momento termina, es ley de vida que nada dura para siempre, ni siquiera nosotros mismos, todo es temporal. Es importante aprender a dejar ir todo aquello que también hace daño, que no aporta o que nos estanca en la vida. En muchas oportunidades es más saludable pasar la página sin detenerse a pensarlo como un fracaso, sino como algo que ya expiró en su capacidad de aportarnos algo positivo.
Dejar ir algo que nos gusta o a lo que estamos habituados no es fácil, porque representa un cambio en la vida, significa que algo pasó que no pudimos prever, controlar o resolver. Estas circunstancias de cambio repentino pueden generarnos confusión y una serie de sentimientos de rabia, frustración e impotencia por no poder obtener lo que aspirábamos, por no ser quienes habíamos programado, por no vivir aquello que tanto estábamos esperando o incluso por no tener la oportunidad de quedarnos en ese lugar, con esa persona o en esa vivencia que nos parece efímera, injusta o inadecuada. Si nos ponemos a pensar lentamente, la lista de cosas, sentimientos, vivencias o personas que debemos dejar ir puede ser bastante larga.
Como seres humanos no estamos acostumbrados a los cambios muy rápidos, nos cuesta comprenderlo, aceptarlo y procesarlo en nuestra mente. Es por ese motivo que en algunas circunstancias nos aferramos al pasado, o nos resignamos sin darle un sentido a aquello que nos ha ocurrido, lo cual nos hace conservar sentimientos negativos que se asocian a la situación, a la persona o a la experiencia vivida. Estos sentimientos resultan corrosivos para nosotros mismos y se genera un gran obstáculo para el propio crecimiento y desarrollo personal, para relacionarnos con los demás e incluso nos privamos de vivir y experimentar cada momento en el presente de una forma más libre y plena.
¿QUE PUEDE DAÑARTE Y ES NECESARIO DEJAR IR?
1. Lo pasado
2. Personas que te quieren cambiar
3. Amistades Tóxicas
4. Relaciones a la fuerza
¿CÓMO APRENDER A DEJAR IR LO QUE TE DAÑA?
1. Reflexiona en lo que pasó
Para comprender qué es lo que pasa en tu vida es necesario reflexionarlo día a día y tomar decisiones conscientes de qué quieres para ti y qué no estás dispuesto a permitir. El cambio no es un enemigo, es un aviso de que los aprendizajes que necesitabas están logrados y es necesario retomar el rumbo de la propia vida. Estamos decidiendo constantemente qué nos gusta, que no nos gusta, a qué aspiramos y cuáles son los límites que debemos reafirmar con nosotros mismos y los demás. Reflexionar sobre la propia vida es una tarea personal que nos permitirá tomar el timón de nuestro destino y dirigirnos hacia donde hemos planificado llegar, sin quedarnos perdidos, estancados o lo que es peor, intoxicados por sentimientos negativos que revelan nuestra falta de conexión con nosotros mismos.
2. Concilia cuánto te aporta y cuánto te quita
Como todo en la vida es necesario realizar un balance de aspectos positivos y negativos que te deja una relación, una persona o incluso una experiencia, para poder tomar la decisión si persistir en ello o simplemente aprender a dejarlo ir. ¿Cuánto te contribuye? ¿Te genera bienestar y alegría? ¿Afecta tu relación con los demás? ¿Es un obstáculo para tu desarrollo personal?
3. Reconsidera tus opciones
La vida no es tan radical, siempre hay opciones que considerar. Lo que no ocurre, no sigue o se derrumba no es algo con lo que no puedas vivir, tal vez es algo que no quieras dejar ir, pero si su tiempo caducó, es necesario contemplar qué opciones tienes para cambiar tu rumbo, tu ritmo y tu espacio. No podemos controlar, prever o remendar todo en la vida, pero si puedes decidir como sentirte al respecto. Tu tienes la capacidad de determinar cuánto, cómo y en qué te afecta lo que estás viviendo, y a la larga esto te permite tomar decisiones de qué hacer al respecto.
4. Asume tus consecuencias
Asumir las consecuencias no se trata de cargar con culpas y colocarnos en el papel de víctimas. Asumir las consecuencias implica en buscar la participación que tuvimos en lo que nos está pasando. ¿Hicimos algo para estar en esa situación? ¿Provocamos estos resultados por ignorancia, curiosidad o incluso orgullo? La idea no es sentirnos los únicos responsables de lo que pasó, sino que encontrar qué papel interpretamos en las cosas que nos pasan. En muchas oportunidades no actuamos por miedo, ignorancia, incapacidad, o al revés, nos apresuramos siendo egoístas, orgullosos y arrogantes. Ninguna de las acciones está en juicio de nadie, pero si en analizar si queremos seguir siendo ese tipo de personas, o asumir la propia cuota de responsabilidad sin culpar a los demás.
5. Ocúpate del presente
Deja de preocuparte por el futuro y termina de reprocharte por el pasado, ambas acciones solo te desgastan, desperdician tu energía y no te permiten enfocarte en el presente. Ocúpate del presente porque es tan efímero y pasa rápidamente, es el único momento de tu existencia en donde puedes hacer algo para darle un significado a tu pasado y diseñar un mejor futuro, día a día, con acciones claras y no con ansiedades inútiles o lamentos inservibles. Si te reprochas por el pasado, no podrás dejar ir tus experiencias, personas o situaciones negativas, por lo que estarás muy ocupado produciendo sentimientos sobre algo que ya pasó, que no se puede cambiar y que en cada regreso de tu persona se vuelve más difícil.
6. Prepárate para experimentar algo nuevo
La vida está llena de aprendizajes que debemos como seres humanos asimilar, es un proceso natural que nos garantiza el crecimiento y desarrollo personal. Cuando te llenas de miedos por las experiencias del pasado, o te desbordas de ansiedades por la incertidumbre del futuro, cerramos las puertas a seguir viviendo, aprendiendo y ampliando nuestras experiencias, visiones y pensamientos. A mayor capacidad de experimentar nuevas vivencias, podemos ir cambiando y ampliando nuestras creencias, la forma en que apreciamos la vida. Nos permite salir de pensamientos, sentimientos y conductas rígidas.
miércoles, 9 de septiembre de 2015
PSICOLOGIA: EL PAPEL DE PAPÁ EN LA FAMILIA
La
vida en familia genera una huella decisiva y única en la identidad,
personalidad, formación y desempeño de cada persona. La salud integral de cada ser humano se
origina en las experiencias y los vínculos de amor que establecen desde su
hogar, y así podemos ver la funcionalidad o productividad de la vida de cada
uno.
La
palabra “Padre” proviene del latin Pater o Patris, cuyo significado es
Protector, Defensor o Guardián. Un padre
de familia, nace al momento de nacer su primer hijo, pero no se convierte en
padre por el nacimiento de su descendencia, sino por el importante, silencioso
y oculto papel que cumple a nivel familiar.
La protagonista visible en la vida de los hijos siempre será la madre,
así ha sido designado por la naturaleza, es su presencia la que garantiza la
sobrevivencia de los hijos, sin embargo, conforme los hijos van creciendo,
necesitan alejarse de mamá y conocer al otro protagonista invisible, que con su
presencia y apoyo les permite tener una mamá.
El padre, representa el complemento ideal para la madre, como apoyo para
que ella se sienta fortalecida, también representa el uso de la razón cuando la
madre se ve desbordada de emoción y a su vez, es la persona que nos hace como
hijos conocer al mundo exterior y las reglas del mismo, debido a que es el
lugar en donde ha tenido que desempeñarse en mayor medida para sostener y garantizar la estabilidad de su familia.
La
presencia del padre en la familia es imprescindible, porque es la base de
seguridad que tanto la madre como los hijos pueden poseer para que la familia
crezca, se desarrolle y evolucione. Un
padre de familia entonces, se convierte en papá justo al momento en el que su
hijo llega a buscarle para desarrollar aspectos fundamentales de su
personalidad, como la autonomía, el conocimiento de los límites, el uso de la
razón y la capacidad de trabajo o producción. El rol del papá dentro de la familia entonces
está más atribuido a proporcionar el aprendizaje de orden, justicia, los
límites, los valores morales, es decir, aspectos más de razón, que de
afecto. El papá es un protector que se
orienta más a que la familia constituida por la madre y su hijo, funcionen y
sientan la seguridad dentro del círculo familiar y frente al mundo
externo. Dentro de la familia entonces,
el papá ocupa el lugar de la autoridad, de la firmeza, la decisión y la
seguridad.
Todos
como hijos necesitamos de un papá, porque desde la infancia nos forma en el
proceso de crecimiento y nos genera una idea de lo que es un hombre y el tipo
de relación que ha establecido con su propio padre, así como también nos
permite comprender lo que es apropiado y esperado por la sociedad, en la
actuación de un hombre, de una pareja, de un padre y de un hijo. El papá nos ayuda a estructurar nuestra
personalidad, a desarrollar nuestros pensamientos, juicios y criterios ante la
vida y ante el mundo.
La
presencia del papá en la familia, es de vital importancia, aunque en muchas
ocasiones no sea visto ni reconocido, por ser un rol silencioso. El padre como proveedor, guardián, protector
y guía, se mantiene en muchas ocasiones fuera del círculo familiar para poder
brindar la seguridad económica del hogar, eso hace pensar que el papá no
desempeña un rol activo en la vida de los hijos, cuando en realidad, es gracias
a él, a su sacrificio cotidiano y su compromiso con la familia, que la vida
familiar es factible y funcional.
Un
papá es esencia en la vida de cada hijo, un referente de la
responsabilidad, de los límites, del desarrollo de la moralidad y de la buena
actuación dentro de la sociedad. Un papá
es un héroe constante en la vida de los hijos y un apoyo de fortaleza en la
vida de la madre.
Si
tienes vivo a tu papá celebra su aporte a tu vida, si tu papá ha partido de la vida terrenal, reconoce en
ti esos aspectos que ha forjado en tu personalidad, y si no tuviste la dicha de
contar con un padre, busca quién o quienes cubrieron esa función en tu vida
generándote esos sentimientos de razón y seguridad. Lo maravilloso de los seres humanos, es que
nos adaptamos en la diversidad.
martes, 8 de septiembre de 2015
lunes, 7 de septiembre de 2015
PSICOLOGIA: EL SIGNIFICADO DE UN BESO
Las consecuencias que un beso puede
llegar a desatar, son impactantes, cuando analizamos todo lo que ocurre dentro
y fuera de nuestro cuerpo al momento del contacto.
La palabra beso proviene del latín
Basium –acción de besar- tocar algunas cosas con los labios
contrayéndolos y dilatándolos suavemente, y se utiliza para manifestar amor,
amistad o reverencia
El beso es la forma más clara de
expresar cariño, sentimientos, emociones y pasiones. La boca es la parte más
flexible del cuerpo, y un beso apasionado activa 34 músculos, mientras
que un beso en la mejilla solo activa 12 músculos faciales.
Somos la única especie dentro del reino animal, que tiene los labios
plegados hacia afuera mostrando un color diferente al resto de la piel, eso
genera que los labios se vuelvan un punto focal e inviten a ser
besados. La piel de los labios es muy sensible, ya que
es el área con la epidermis más delgada de todo el cuerpo y en donde se arman
una gran cantidad de neuronas sensoriales, por este motivo la sensación
es intensa.
Besar es un acto que se aprende en la
infancia. Aprendemos a besar cuando de bebes succionamos el alimento y eso responde a un reflejo instintivo que todos poseemos de
sobrevivencia. Este reflejo de succión nos tranquiliza y nos hace sentir
seguros al ingerir el alimento. El psicoanalista Sigmund Freud,
consideraba que la forma en que se alimentan los bebes lactando era el
antecedente directo de los besos, ya que al succionar la leche se utilizan los
mismos músculos y movimientos que para besar. El beso entonces no
solo representa vida, sino también amor, seguridad, protección y contiene diversos
significados que vamos construyendo al momento que lactamos en la época de la infancia.
Besar también reporta beneficios para
la salud mental y corporal. Un beso tiene como consecuencia la liberación
de adrenalina. Provoca una auténtica conmoción química en el
organismo. El efecto es tan abrumador que según algunos biólogos podría
compararse a una sobredosis de anfetaminas. Durante un beso de alta
intensidad se aumentan los niveles de dopamina (sustancia asociada con la
sensación de bienestar) y de testosterona (hormona asociada al deseo sexual), y
las glándulas adrenales segregan adrenalina y noradrenalina que aumentan la
presión arterial y la frecuencia cardiaca. Hace que el pulso se
acelere de 70 a 140 pulsaciones por minuto, lo que activa la circulación de
nuestro organismo. Diversos estudios aseguran que los procesos
internos que se activan al dar un beso previenen la formación de hormonas
responsables de la presión alta, el colesterol alto y el insomnio, entre
otros. De este modo, podría existir una relación entre los besos y una
disminución en el riesgo de sufrir de presión alta. Estimula a su vez la
saliva, la cual elimina partículas de comida de los dientes y también hace
disminuir el nivel ácido que causa las caries.
Besar y ser besados produce una
sensación de bienestar. El cerebro contiene una enorme cantidad de
receptores dedicados a percibir las sensaciones provenientes de los
labios. Así, al besar a otra persona se estimula una parte del
cerebro que libera oxitócina, conocida como la hormona del vínculo emocional y la cual
aumenta después de un beso, provocando un efecto tranquilizador en el cuerpo.
Los besos apasionados provocan que el cerebro libere hacia el torrente
sanguíneo endorfinas, que actúan como una droga natural e inofensiva producida
por el propio organismo al producir una sensación placentera que ayuda a
liberar tensiones, reducir el nivel de estrés e incluso la depresión.
La nariz también participa a la hora
de besar. Antes y después de un beso no solo se intercambian miradas sino
también olores. El olfato puede tener un papel significativo en la
biología reproductiva humana. Es decir, antropológicamente las mujeres pueden detectar
la compatibilidad genética de un hombre y los hombres descubrir la fertilidad
de una mujer.
Un beso también influye en nuestras
relaciones interpersonales. El beso es una señal de confianza, debido al
nivel de cercanía que se alcanza al permitir derribar las barreras del
espacio personal de cada uno. Es un rito que se establece como señal de
intimidad entre las parejas. Si este rito no se mantiene o dejan de
besarse, también se pierde la conexión y contacto con la pareja.
No solo los besos románticos ayudan a
construir y fortalecer una relación. Los besos que una madre da a
su hijo recién nacido, también influirán en la formación de la personalidad del
niño. Niños besados en la infancia, y rodeados de un entorno afectuoso,
desarrollarán mejores habilidades sociales de adultos.
Besar entonces, es una característica
y condición humana, todos necesitamos besar y ser besados, no solo de forma
romántica, pasional sino también cariñosamente, para así fortalecer los
vínculos que tenemos con los demás.
jueves, 27 de agosto de 2015
PSICOLOGIA: ELIMINANDO HÁBITOS
Los
seres humanos somos seres de aprendizaje, no dejamos de aprender a lo largo de
la vida. En muchas ocasiones no todos los aprendizajes son beneficiosos, y
resulta que adquirimos aprendizajes que no son productivos, que nos perjudican,
nos sabotean y pueden incluso provocarnos un sufrimiento innecesario.
Pero,
¿Qué es un hábito?
Un
hábito es una conducta aprendida, y constituye un conjunto de patrones de
comportamientos adquiridos a lo largo de la vida y recompensados de tal forma
que ya forman parte de nuestra personalidad.
Al ser un hábito, ya no es una conducta pensada, sino un comportamiento
interiorizados y que repetimos de modo automático. Los hábitos se estructuran a
partir de la práctica constante, por lo que para aprenderlos se requiere de
determinación, esfuerzo, voluntad y disciplina, por un período determinado de
tiempo, que se compone de frecuentes y repetidos actos para automatizarlos.
Es
bueno aclarar que no es lo mismo un mal hábito que una adicción. Un mal hábito es una conducta aprendida que
puede desaprenderse con esfuerzo y ser sustituida por otro hábito. Una adicción en cambio no solo es un hábito
que ha evolucionado en la vida de la persona que la padece, sino que también
tiene un componente de dependencia biológica y psicológica, por lo que para
superarla es necesario buscar en estos casos, ayuda profesional.
¿Cómo eliminar un hábito?
Acá
algunos pasos para ir eliminando malos hábitos
1. IDENTIFICA el hábito que quieres cambiar
Para eliminar un mal hábito es
importante definir cuál es el mal hábito que se desea extinguir. Muchas veces
es necesario identificarlo en su forma más simple, porque una vez y el hábito
esté identificado, podremos enfocarnos en como debilitarlo y sustituirlo por
otro hábito más saludable.
2. ACÉPTALO no lo niegues
Aceptar que tenemos un mal hábito
que nos genera daños, es un paso importante. Muchas veces desgastamos la propia
energía, culpando a los demás de nuestros actos, o justificándolo por las
circunstancias, cuando en realidad, nosotros como seres humanos debemos asumir
el control, y la responsabilidad de nuestros actos, y si alguno de ellos es
contraproducente, en lugar de negarlo, buscar la forma de sustituirlo por un
mejor comportamiento.
3.
DESCUBRE
que detona tu mal hábito
Un mal hábito se mantiene porque
nos brinda un beneficio o nos cubre alguna necesidad, es importante descubrir
que beneficio o necesidad estamos percibiendo de esa conducta, ya que puede ser
adquirido por medio de conductas o hábitos alternos más saludables, en donde te
puedes sentir igual de bien pero sin hacerte daño.
4.
COMPROMISO
contigo mismo para cambiar
Los hábitos tardan en formarse, son
parte de un proceso que se construye día a día, y no es cuestión de casualidad,
sino un proceso biológico que reafirma el aprendizaje. El aprender un nuevo hábito es constancia,
determinación y voluntad en repetir cada día para incrementar la automaticidad
en el comportamiento, eso genera menos gasto de energía, porque ya no tenemos
que usar la atención en lo que estamos haciendo cuando está bien
aprendido. El proceso de aprender puede
llevar un tiempo mínimo de 60 días y un máximo de 245 días, dependiendo de lo
complejo de la conducta que se adquiere y la perseverancia de la persona.
5.
SUSTITUYE
una conducta por otra
Busca conductas alternativas que te
permitan alcanzar el beneficio o llenar la necesidad que el mal hábito llena,
solo que de una forma más saludable y menos sufriente. Los malos hábitos se sustituyen bajándoles
volumen y enfocándonos en otro que les haga competencia.
6.
EVITA entornos que te provoquen el mal hábito
Muchos ambientes ayudan a que se
activen los malos hábitos sin pensar, por lo que en lo que estás en el proceso
de eliminar un mal hábito es prudente evitar estos lugares hasta que esté
fortalecido el proceso de sustituir el hábito. Controlar el ambiente es un paso
importante para terminar con malos hábitos
7.
RECOMPENSA
tus avances
Aprender y desaprender conductas,
son procesos que se dan paso a paso. Prémiate por cada pequeño avance que
logres, esto impactará en tu motivación, en tu compromiso contigo mismo y en la
perseverancia que le inyectes para
lograr el cambio. Nunca subestimes el
poder de reconocerte los esfuerzos y el autocontrol que estás realizando por
cambiar un hábito negativo en tu vida.
8.
TEN
PACIENCIA
El condicionamiento conductual es
el nombre que recibe el aprendizaje que se convierte en hábito y es un proceso
largo de progresivo acercamiento.
Desarrollar la paciencia para esperar el tiempo necesario para
desactivar una conducta aprendida. No
desesperarse o querer apresurar las cosas, solo generan que se abandone más
pronto un cambio positivo y caer estancado en una conducta o hábito
destructivo.
Lo más importante es saber que
podemos formar nuevos hábitos, mantener o desaprender hábitos que ya no son
útiles o pueden ser destructivos. Es
cuestión de conciencia y elección personal, aunado con esfuerzo en repetir la
conducta y dejar de lado la conducta negativa, hasta que queden automáticamente
cimentadas dentro de nuestra mente. Se
pueden desarrollar buenos o malos hábitos, el efecto de los buenos hábitos o
hábitos positivos pueden generarte bienestar y recibir efectos que impactaran
positivamente tu vida y lo mejor está dentro de nuestro control y decisión.
viernes, 21 de agosto de 2015
NOTA MENTAL: No confundas los significados
No son las coincidencias las que hacen que estemos vinculados con los demás, no confundas los significados, no pretendas creer que eso los hace pareja o almas gemelas.
PSICOLOGIA: PENSAMIENTOS DE EXITO
Lo que pensamos en muchos sentidos marca la propia vida. Muchas cosas nos pueden ocurrir a lo largo de la existencia, pero como nosotros las recibimos, como las interpretamos, como percibimos esas situaciones nos dicen como aprenderemos de la experiencia, o como sufriremos de los eventos inesperados quedándonos inmóviles sin saber que hacer.
El pensamiento no es tan natural, aprendemos a pensar a lo largo de la vida, y todo aquello que pasa por nuestra mente dándole un significado a lo que vivimos lo aprendemos desde la infancia en casa de nuestros padres, para luego reforzarlo a través del tiempo con los amigos, en el trabajo y la sociedad. Es por ese motivo que es de vital importancia revisar los pensamientos que permitimos reposar en nuestra cabeza, porque en muchas oportunidades, los eventos de la vida se ven más catastróficos en nuestro pensamiento, que en la realidad.
Cuando aprendemos a enfocar la vida en los aspectos negativos podemos pensar de forma automática frases como:
· Mi vida es un desastre
· Nada me sale bien
· Todo me pasa a mi
· Yo lo arruino todo
· Para qué esforzarse
· Nada va a salir bien
· Total, ya sé que siempre es lo mismo
Este tipo de pensamiento refleja una actitud y disposición derrotista ante la vida, y al fondo nos habla de personas derrotistas que no saben como encarar y resolver los conflictos que pueden aquejarles en el día a día.
La buena noticia radica en que el pensar es algo aprendido, por lo que cada persona tiene en sus manos el poder de aprender mejores formulas de pensamiento, que no lo hundan en estos sentimientos de impotencia, frustración y desamparo, que al final terminan impactando en salud física, tema que platicaremos ampliamente en otra oportunidad.
Por tanto, aprender a tener pensamientos de éxito no solo es una decisión muy personal, sino que es una inversión de tiempo, esfuerzo y consciencia para mejorar la visión que tenemos hacia la vida, mantenernos en un estado de ánimo mejor para enfocarnos en ser parte de las soluciones del problema, y asimismo colaboramos de forma voluntaria a no desgastarnos emocionalmente con sentimientos negativos que pueden derivar en enfermedades.
¿Cómo lo hacemos?
¿Cómo iniciamos a producir Pensamientos de Éxito?
Primero que nada es bueno aclarar que el éxito se basa en una estrategia mental, tenemos éxito cuando logramos alcanzar aquellos anhelos, objetivos o metas que nos hemos propuesto. El éxito es subjetivo y personal, cada persona tiene su propia dimensión de cosas, conductas o estados que desea alcanzar, y eso genera su idea individual de lo que para ella es importante en la vida. El éxito significa establecer un compromiso con nosotros mismos, en donde necesitaremos herramientas importantes como la seguridad en nosotros mismos, la perseverancia, la paciencia, la confianza en nuestras capacidades.
Perseguir los propios objetivos aumenta más la posibilidad de éxito en las personas, no darse por vencido en la meta, aunque busquemos alcanzarla por diversos caminos. El factor personal del éxito puede aumentarse hasta cierto punto, que solo en el proceso de alcanzar los objetivos podemos reforzar positivamente la autoestima, la voluntad de perseverar en lo que nos interesa y el optimismo.
Acá algunos pasos para ir fomentando entonces los pensamientos de éxito:
1. Céntrate en tus logros
Coloca tu atención en lo que logras, el aprendizaje, el avance y todo lo que vas realizando día a día para acercarte a tu meta. No pretendas llegar inmediata mente a lo que te has propuesto. Hoy día tenemos esa noción de lo instantáneo, pero para tener éxito nada es instantáneo, es necesario sembrar el camino, cultivarlo con el tiempo y esperar la cosecha. El éxito no es instantáneo, y cuando llega de esa forma, nuestra mente no está listo para asimilarlo, entonces se vuelve efímero y poco aprovechado. Da por hecho que todo tiene un tiempo.
2. Expectativas positivas
Llénate de palabras que te mantengan motivado en alcanzar lo que te propongas. Los pensamientos negativos se aprende, por tanto, los pensamietos positivos también. Enfócate en alimentarte con palabras, frases, lecturas, y comentarios que te ayuden a estar motivado, paciente y estable para pensar mejor y alcanzar lo que te propones.
3. Visualiza el éxito
La imaginación es una buena aliada, utilízala en tu beneficio, prepárate mentalmente para pensar positivamente, piensa en diversas alternativas para alcanzar lo que te propones y no te dejes vencer. Ten una imagen mental de como serás o como te verás una vez y logres pensar positivamente. No te aferres a la imagen mental como si fuera una solución mágica, es solo una imagen que te ayudará a mantenerte en el pensamiento de éxito, pero no significa que será como lo imaginas, a lo mejor y resulta distinto, o a veces hasta mejor.
4. Se parte de la solución, no del problema
Concentrate en lo que haras y no en los conflictos que se presentan. Da por hecho que problemas siempre habrán y tomalos como un reto, como tu capacitación natural para aprender a resolver la vida. Pronto lo harás de forma automática.
5. Confía en ti mismo
Invierte tu energía en confiar en ti mismo y en tu capacidad para alcanzar lo que te propones. También afianza tu compromiso contigo mismo, no te abandones, no te renuncies, logra tener los pensamientos de éxito que te has propuesto. Aprende a resistir a la presión y al derrotismo
6. Practica la gratitud
La actitud de agradecimiento es una herramienta invaluable para tener pensamientos de éxito, es enfocarse en agradecer todo lo que nos llega, bueno o malo, en lugar de creer que nos merecemos lo que no nos dan, o lo negativo que nos llega en la vida. No es cuestión de merecimientos, es cuestión de agradecer los logros, los aprendizajes y hasta las oportunidades de ser la mejor versión de nosotros mismos.
7. Celebra los pequeños triunfos
Aprender a no quejarse, es un desgaste total de energía, y te impide aprender y crecer. Celebrar los pequeños triunfos que se alcanzan día a día nos mantienen con la mentalidad motivada, recordándonos los motivos del por qué hacemos lo que hacemos.
Lo más importante y que no pierdas de vista, somos lo que nos proponemos ser. Es decisión de cada uno lo que quiere ser, nadie tiene el poder de decidir sobre nuestros pensamientos, sentimientos y acciones, más que nosotros mismos, por eso contamos con un libre albedrío. Y si sentimos que alguien más tiene ese poder sobre nosotros, es momento de recuperarlo, y de no endosarlo a nadie más. Muchos pensamientos de éxito a todos
jueves, 20 de agosto de 2015
miércoles, 19 de agosto de 2015
PSICOLOGIA: LOS SECRETOS NOS MATAN LENTAMENTE
¿Sabes a dónde van las palabras que
no se dijeron? ¿A dónde va lo que quieres hacer y no haces? ¿A dónde va lo que
no te permites sentir?
Muchas veces nos gustaría que lo que
no expresamos quede en el olvido, pero lo que no se expresa se queda acumulado
en el cuerpo, nos llena el alma y el espíritu de gritos mudos. Lo que no
nos damos la oportunidad de decir o expresar se transforma en insomnio, en
dolor de garganta, en nostalgia, en destiempo, en deudas, en tareas pendientes.
Las palabras y los sentimientos que nos tragamos se transforman en
insatisfacción, en tristeza y en frustración. Lo que mantenemos en secreto
afecta nuestra percepción y comportamiento, pudiéndose convertir en verdaderas
cargas.
Dejar en silencio algo que queremos
expresar, nos empieza a torturar internamente. Se nos pueden presentar
trastornos digestivos, dolores de cabeza o sensaciones de angustias que de
alguna manera podemos relacionar con los secretos que se guardan. Y las cosas
se complican todavía más por el hecho de que ciertos secretos actúan sin que
nos demos cuenta, nos pueden generar sufrimientos físicos o psicológicos sin
que nos demos cuenta de su procedencia.
Algunos secretos que son temas
asesinos de nuestra paz mental son el amor prohibido, la curiosidad indebida,
los actos desesperados, los actos forzados, el amor no correspondido, el
rechazo, la cólera, los sueños y metas de vida censurados, los estilos de
vida no aceptados, los maltratos.
El quedarnos con palabras o sentimientos
secretos produce efectos en cada uno de nosotros. Lo callado se
convierte en una molestia y en un impedimento, que construye alrededor de
nosotros una cárcel que nos aprisiona.
Un secreto o lo que no se expresa es
como una gota de agua constante en la piedra, que rompe la piedra no por su
fuerza sino por su constancia. Lo que no se dice y se queda en el
interior nos carcome, nos hace heridas que poco a poco van venciendo la propia
paz mental con la que contamos.
Lo que no se ha dicho, debe contarse,
debe expresarse… antes de que nos carcoma por dentro. Debe transformarse
en algo al salir de nuestro interior. No es cuestión de correr a contar,
reclamar, vengar, o ajusticiar a los demás. Es una confesión que nos
hacemos a nosotros mismos a través de alguien de confianza, o a través de algo
que decidamos hacer para salir de la burbuja del secreto.
Cuando nos guardamos algo, se
corresponde a que sentimos que los demás no podrán aceptarlo. También
tiene que ver con que estamos viviendo una doble vida, somos alguien
internamente y somos lo que se espera de nosotros externamente. El
conflicto del secreto, es que estamos inmersos en la dicotomía de lo que somos
versus lo que se espera de nosotros. Por tanto, es necesario transformarnos, volvernos
más auténticos con nosotros mismos, aceptarnos como somos, aunque nos de temor,
aunque no correspondamos a las etiquetas que la misma sociedad espera que
cumplamos.
Lo que no decimos siempre encontrará
una salida, si no es con palabras será a través de enfermedades, de tristezas
intermitentes que no tienen explicación, de misteriosos arrebatos de cólera y
enojo, de reacciones súbitas de llanto, tristeza o rechazo hacia películas,
canciones o incluso anuncios.
La cualidad de los seres humanos radica
en su creatividad, por lo tanto hay formas de transformar lo que debemos decir,
sin perjudicar a los demás, pero sobre todo sin perjudicarnos a nosotros
mismos.
¿QUE HACER?
- Busca alguien de confianza para revelar lo que
no has dicho
- Cuéntalo cuantas veces necesites para
comprender que es lo que te afecta y para cicatrizar la herida que el
secreto pudo haberte dejado.
- Busca que te escuche una persona que sea
compasiva, empática y que tenga mucha paciencia. Que te pueda
brindar todo el apoyo, y atención para que tu puedas desahogarte sin
sentirte juzgado, o que aburres con el tema.
- También puedes escribirlo. Muchas veces
el papel nos sostiene las confesiones más duras que tenemos que hacernos a
nosotros mismos.
- Si todo lo anterior no es suficiente, busca
ayuda psicológica. Busca un profesional con quien te sientas comodo
para tratar estos temas y sanar tus heridas emocionales, y por tanto las
físicas también sanarán.
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