Las críticas sin fundamento llevan consigo la denuncia de una gran pobreza emocional de parte de quien las emite. Las personas que se dedican a hablar mal de los demás, a juzgarlos, criticar lo que hacen, lo que piensan, o incluso lo que dicen, resultan ser personas tóxicas que contaminan a los demás con negativismo y una visión muy pobre de los demás. No existe nada más cansado que escuchar a una persona que solo está pendiente de hablar mal, juzgar o criticar todo o a todos. Las palabras y actitudes de este tipo de personas criticonas son invasivas y generan que los demás perdamos la tranquilidad y estabilidad emocional.
¿Por qué criticamos? ¿Cuántas críticas escuchamos y cuántas realizamos cada día?
Todos los seres humanos tenemos una cantidad de energía limitada, esa energía es la que nos sirve para realizar diversas actividades en la vida y esta no es inagotable. Cada vez que realizamos una tarea, inevitablemente tenemos que dejar de hacer varias adicionales, por falta de tiempo, de energía y de espacio. Cada vez que nos involucramos en escuchar o emitir criticas en contra de los demás, estamos restando ese tiempo, ese espacio y esa energía limitada que podríamos invertir en actividades que nos pueden brindar más beneficios en la propia vida y el bienestar emocional.
No somos perfectos y no hay nada ni nadie que lo sea en esta dimensión, enfocarnos en señalar a los demás nos habla de una clara decisión de descuidar el observar de frente nuestros errores y procurar mejorarnos a nosotros mismos. Criticar a los demás es solo un distractor de nosotros mismos, es una buena forma de evadir el malestar que puede producirnos la propia vida. Juzgar la vida de los demás para no vernos a nosotros mismos, es una buena forma de no solucionar los propios problemas, y no tener que buscar medidas o formas para admitir, enmendar y ordenar la propia vida, al estar pendiente de los demás, podemos entretenernos observando los defectos y problemas externos y fantaseando con resolverlos de mejor forma, pero descuidando lo que de verdad nos compete y debería ocuparnos, nosotros mismos.
En muchas ocasiones necesitamos emitir nuestras opiniones, es condición humana querer compartir lo que pensamos de las circunstancias, las personas y las cosas. Hay una gran diferencia entre dar nuestra opinión cuando es solicitada y darla en el impulso de considerar que podemos ser mejores que los demás, indicándoles aspectos que al propio criterio consideramos erróneos sobre la vida, las decisiones e incluso sobre las personas. Estas opiniones emitidas sin ser solicitadas, suelen carecer de todo criterio y validez, y hacen daño tanto si nos las dan o las emitimos en el impulso de querer expresar, corregir o enseñar lo que a nuestra percepción está mal.
Emitir críticas, juicios u opiniones no solicitadas, solo reflejan una baja autoestima, mostrando a la persona que las dice como alguien que no se acepta a si misma, y por ende no acepta a los demás. Esta es una acción flagrante que demuestra la pobreza emocional interna, porque al estar juzgando, criticando u opinando sobre la vida de los demás, dejamos de centrarnos en la propia mejora personal y nos desviamos en distraernos con la vida ajena.
La propia tranquilidad y bienestar emocional requiere de un trabajo constante, y una persona que está enfocada en su propio desarrollo y crecimiento personal, tendrá muy poco tiempo y energía en estar juzgando la vida de los demás. Críticar requiere de mucha energía, tiempo y dedicación, ya que por lo regular incluye la censura propia, requiere de observar, analizar, evaluar y comparar las acciones o comportamiento de los demás, solo por hacerlo, ya que dicha acción puede no afectar la vida personal. No podemos cambiar a nada ni nadie que no seamos nosotros mismos, por lo que la crítica es contraproducente, al distraernos en la vida ajena, evitando que nos concentremos en solucionar los propios problemas.
Juzgar, criticar y emitir opiniones no solicitadas sobre la vida de los demás, es un mal hábito personal que puede generarnos más conflictos que beneficios.
Típico del chapin
ResponderEliminarInteresante
ResponderEliminarGracias por sus amables comentarios.
ResponderEliminarTiene toda la razón buen mensaje.
ResponderEliminarDemuestra que eate pais es dado a criticar y no presentar propuestas concretas
ResponderEliminarLA GENTE TOXICA ES MUY INFELIZ Y ESTA BUSCANDO EN LOS DEMAS ALGO QUE NO TIENEN Y LO CONVIERTE EN NEGATIVO PARA DESINTOXICARSE DE LO QUE LLEVA DENTRO.EN SUMA SUS EMOCIONES SON MUY NEGATIVAS, NO VALE LA PENA LIDIAR CON ELLOS.
ResponderEliminarExcelente clase me gusto mucho
ResponderEliminarMe encanto!!
ResponderEliminarYo tengo una hermana, de sangre que para mi ya no es mi hermana. Qué siempre me envidio desde chica. Ahora soy grande, soltera , enferma y pobre todavía me sigue criticando. Ella se casó se separó , tiene hijos, dinero , estudio , viaja al exterior y me ataca.
ResponderEliminares una pena lo que cuentas! espero que consigas ser feliz a pesar de las adversidades
EliminarPienso que estás personas estan enfermas y no lo saben o no lo acptan
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarConozco a una que es la campeona de la crítica ..y lo peor no se ve ella misma .su vida y solo Dios es para juzgar pero le vendran cosas peores
ResponderEliminarEvidentemente
ResponderEliminarExcelente
ResponderEliminarComo poner a esa gente en su lugar? Ps siempre me he quedado callada ante críticas y veneno que me tira mi suegra pero quisiera poder ponerla en su lugar
ResponderEliminarQuien se ocupa de lo ajeno tiende a peder lo propio hay mucha gente que sabe vivir las vidas de otros pero la de ellos ni mierda
ResponderEliminar