Con la pena que representa una mala imagen, tenemos que estar conscientes que en esta era de comunicaciones abiertas, mejorar la ortografía es fundamental, representa la nueva vestimenta con la que de forma virtual nos presentamos. Reitero, no eres tú, es tu ortografía, no resulta atractiva!
viernes, 31 de julio de 2015
miércoles, 29 de julio de 2015
martes, 28 de julio de 2015
PSICOLOGÍA: SOY ESPEJO Y ME REFLEJO
Todos somos espejos, los unos de los otros!
Los seres humanos somos sociales por excelencia, desde tiempos ancestrales hemos vivido en todo tipo de sociedades, desde las más primitivas hasta las más evolucionadas, lo que nos lleva a reflexionar claramente que necesitamos estar en contacto con los demás. Las relaciones que sostenemos con otros seres humanos son fundamentales para establecer vínculos y reforzar nuestro sentido de seguridad y pertenencia en determinados grupos en los cuales desde que nacemos estamos inmersos. Sin embargo, cada vez que entramos en contacto con otros seres humanos, todo tipo de relaciones se derivan de esa interacción, desde atracción admiración repulsión peleas, en fin, cualquier tipo de vinculación que sea extrema y demandante, nos está comunicando algo importante. El contacto con los demás tiene a su vez funciones que son emocionales, porque nos permite al momento de interactuar con otra persona mirar nuestro mundo interno.
Cada uno de nosotros es un espejo y se refleja en los demás. Y cada uno de los otros es un espejo y se refleja en nosotros. Sin el reflejo que vemos en los demás, no podríamos encontrar claridad en el efecto que provocamos en el entorno en el que habitamos. Cada vez que reaccionamos emocionalmente de forma extrema con alguien, es una alarma, es una señal de oportunidad para ponernos a la búsqueda en nuestro interior y descubrir por que determinada actitud, comportamiento, evento o persona nos hace reaccionar de forma no usual para nosotros, o incluso de forma extrema.
Cada persona es un mundo, es compleja, pero por más que deseemos nunca la podremos conocer en su totalidad, ni nosotros mismos podremos conocernos en nuestra totalidad, siempre hay reacciones, comportamientos y actitudes que quedan en el vacío de nuestro conocimiento y sobre todo de nuestra voluntad. Por lo tanto, cuando podemos reflejarnos en los demás tenemos la maravillosa oportunidad de descubrir estos puntos ciegos. Sin embargo, al ser seres humanos libres, tenemos el libre albedrío de escoger que camino tomar, hacer un trabajo interno de descubrimiento personal, o hacer un trabajo externo de Guerra y destrucción. A lo que me refiero con esto es que si decido hacer un trabajo externo, agredo a la persona con la que me he reflejado, la critico, la juzgo, la quiero controlar y dominar para que ya no me refleje más aquello que no quiero ver. Si decido trabajar internamente, entonces asumo mis emociones y esta Guerra me la declaro yo internamente, para descubrir por qué la persona, la actitud, o el comportamiento me ha movido de un lugar estable y me ha hecho reaccionar de una forma diferente. Esta acción me hace tomar una actitud de RECONOCIMIENTO PERSONAL y entonces el espejo, o es decir, la otra persona, deja de ser una amenaza. Esto nos conduce a que nuestra visión del mundo se amplíe comprendamos, toleremos, conozcamos y aceptemos mas a fondo a los demás, sin intentar cambiarlos, dominarlos, juzgarlos, agredirlos o incluso destruirlos.
Tomar el camino del reconocimiento personal no es fácil, pero me pregunto yo, qué es fácil en esta vida?
Si te decides a crecer, hacerte responsable de ti mismo, de tu vida, de tus emociones, solo necesitas empezar hoy y seguir cada día paso a paso, hasta encontrar la tranquilidad de permitirles a los demás ser como ellos quieran sin que eso represente un malestar, una amenaza o una agresión para ti.
Cómo podemos empezar?
Lo primordial es entrar en contacto contigo mismo, cuando sientas que alguien o algo te desbalancea:
1. Piensa e investiga en ti mismo, qué estás sintiendo con determinada persona y por qué?
2. A quién te recuerda esa persona?
3. Qué te recuerda el comportamiento de esa persona?
4. Que de lo propio hay en el comportamiento de esa persona?
5. Estoy intentando honestamente ver más allá de lo que me molesta o atrae a esa persona?
6. Le estoy viendo como a un verdadero ser humano?
Si nos detenemos un momento a reflexionar con sinceridad, también podríamos preguntarnos
1. Qué puedo aprender de esta experiencia?
2. Qué puedo aprender de esta persona?
Si lo intentamos, todas nuestras relaciones serían más gratificantes, llenas de respeto, comprensión, pero sobre todo de auténtico amor.
martes, 21 de julio de 2015
PSICOLOGIA: "HABLAR MAL DE LOS DEMÁS DEMUESTRA LA PROPIA POBREZA EMOCIONAL"
Las críticas sin fundamento llevan consigo la denuncia de una gran pobreza emocional de parte de quien las emite. Las personas que se dedican a hablar mal de los demás, a juzgarlos, criticar lo que hacen, lo que piensan, o incluso lo que dicen, resultan ser personas tóxicas que contaminan a los demás con negativismo y una visión muy pobre de los demás. No existe nada más cansado que escuchar a una persona que solo está pendiente de hablar mal, juzgar o criticar todo o a todos. Las palabras y actitudes de este tipo de personas criticonas son invasivas y generan que los demás perdamos la tranquilidad y estabilidad emocional.
¿Por qué criticamos? ¿Cuántas críticas escuchamos y cuántas realizamos cada día?
Todos los seres humanos tenemos una cantidad de energía limitada, esa energía es la que nos sirve para realizar diversas actividades en la vida y esta no es inagotable. Cada vez que realizamos una tarea, inevitablemente tenemos que dejar de hacer varias adicionales, por falta de tiempo, de energía y de espacio. Cada vez que nos involucramos en escuchar o emitir criticas en contra de los demás, estamos restando ese tiempo, ese espacio y esa energía limitada que podríamos invertir en actividades que nos pueden brindar más beneficios en la propia vida y el bienestar emocional.
No somos perfectos y no hay nada ni nadie que lo sea en esta dimensión, enfocarnos en señalar a los demás nos habla de una clara decisión de descuidar el observar de frente nuestros errores y procurar mejorarnos a nosotros mismos. Criticar a los demás es solo un distractor de nosotros mismos, es una buena forma de evadir el malestar que puede producirnos la propia vida. Juzgar la vida de los demás para no vernos a nosotros mismos, es una buena forma de no solucionar los propios problemas, y no tener que buscar medidas o formas para admitir, enmendar y ordenar la propia vida, al estar pendiente de los demás, podemos entretenernos observando los defectos y problemas externos y fantaseando con resolverlos de mejor forma, pero descuidando lo que de verdad nos compete y debería ocuparnos, nosotros mismos.
En muchas ocasiones necesitamos emitir nuestras opiniones, es condición humana querer compartir lo que pensamos de las circunstancias, las personas y las cosas. Hay una gran diferencia entre dar nuestra opinión cuando es solicitada y darla en el impulso de considerar que podemos ser mejores que los demás, indicándoles aspectos que al propio criterio consideramos erróneos sobre la vida, las decisiones e incluso sobre las personas. Estas opiniones emitidas sin ser solicitadas, suelen carecer de todo criterio y validez, y hacen daño tanto si nos las dan o las emitimos en el impulso de querer expresar, corregir o enseñar lo que a nuestra percepción está mal.
Emitir críticas, juicios u opiniones no solicitadas, solo reflejan una baja autoestima, mostrando a la persona que las dice como alguien que no se acepta a si misma, y por ende no acepta a los demás. Esta es una acción flagrante que demuestra la pobreza emocional interna, porque al estar juzgando, criticando u opinando sobre la vida de los demás, dejamos de centrarnos en la propia mejora personal y nos desviamos en distraernos con la vida ajena.
La propia tranquilidad y bienestar emocional requiere de un trabajo constante, y una persona que está enfocada en su propio desarrollo y crecimiento personal, tendrá muy poco tiempo y energía en estar juzgando la vida de los demás. Críticar requiere de mucha energía, tiempo y dedicación, ya que por lo regular incluye la censura propia, requiere de observar, analizar, evaluar y comparar las acciones o comportamiento de los demás, solo por hacerlo, ya que dicha acción puede no afectar la vida personal. No podemos cambiar a nada ni nadie que no seamos nosotros mismos, por lo que la crítica es contraproducente, al distraernos en la vida ajena, evitando que nos concentremos en solucionar los propios problemas.
Juzgar, criticar y emitir opiniones no solicitadas sobre la vida de los demás, es un mal hábito personal que puede generarnos más conflictos que beneficios.
martes, 14 de julio de 2015
PSICOLOGÍA: SE PARTE DE LA SOLUCIÓN NO DEL PROBLEMA
La actitud con la que enfrentamos todo lo que nos acontece, es lo que define el tipo de persona que somos y la calidad de vida a la que aspiramos.
Todos los seres humanos estamos expuestos a pasar por diversas situaciones que pueden ser desagradables o inesperadas y que tenderán a poner a prueba en muchos sentidos, nuestra paciencia, tolerancia, capacidad de adaptación, comprensión, aceptación y la habilidad para resolver de forma más eficiente y eficaz lo que nos aqueja.
El repertorio de experiencias que vamos acumulando, dependen del enfoque que en su momento decidamos darle, es por ese motivo que lo que nos ocurre no nos define, sino la forma de afrontarlo, o como reaccionamos ante la diversidad de situaciones inesperadas. Vivir representa estar de frente a múltiples pruebas, la forma en que decidimos enfrentar cada acontecimiento determinará como nos moldean los desafíos de la vida. Si nos centramos en el problema, tendemos a quedar varados, con sentimientos de impotencia, culpa y vacío, ya que es una circunstancia que no está bajo nuestro control. Al centrarnos en la solución, podemos concentrarnos en tener pensamientos positivos, visualizar salidas y aceptar que lo que nos pasa es solo una situación temporal.
La adversidad es algo que todos los seres vivos experimentamos de una u otra manera, es imposible evitarlo. Torturarse por las cosas desagradables que no nos permite salir de los problemas, al contrario, malgastamos la propia energía personal en quejas, lamentos y una inútil entrega al drama, generando así una carga más pesada que la que el problema pudo haber provocado originalmente. Concentrarse en lo positivo, y enfocarse en la solución, permite encaminarse hacia la acción, posibilita tomar el control de las circunstancias y encontrar nuevas formas de salir avante, proporciona la ocasión de salir fortalecido emocional y físicamente, al luchar por la propia estabilidad y por recuperarse de cualquier embate que se presente en la vida.
Este tipo de desafíos, generan una auténtica confianza en uno mismo, y un incremento real de la propia autoestima, ya que es factible comprobar con evidencia la propia fuerza, y nos coloca en el reto de desarrollar nuevas aptitudes y habilidades que de otra manera no escogeríamos aprender.
Para ser parte de la solución es necesario renunciar a la fantasía de que los problemas desaparecerán si no se admiten, o que alguien más los vendrá a solucionar por nosotros. Asumir la responsabilidad y esforzarse por encontrar nuevas formas de conciliar un conflicto, o problemática, puede generar un sentimiento de valía persona, restableciendo la propia sensación de poder e integridad. Ser parte del problema, nos coloca en un papel pasivo, en un rol de víctima, que se siente avasallado por lo que le sucede, quién culpa a todos y a todo por lo que un obstaculo representa y quien se queda al margen de la situación naufragando entre la desesperación, la frustración y la impotencia. Si aceptamos que como seres humanos estamos expuestos a que ocurran eventualidades, cada embate que nos amenace, puede ser tomado como esa oportunidad que nos permite crecer, ser mejores, vencer la adversidad y salir con una experiencia de vida invaluable. Si no aceptamos que como seres humanos estamos expuestos a que nos aquejen los problemas, cada obstaculo representará para nosotros un castigo más, una injusticia más, una circunstancia que está especialmente diseñada para vencernos y actuaremos de acuerdo a esas expectativas en la vida. Así que cada uno decide, cada uno tiene la libertad de escoger su mejor herramienta, si una buena actitud y la firme convicción de salir avante, o el derrotismo, y una clara y pesada carga que nos revela lo hostil que es el mundo.
Este tipo de desafíos, generan una auténtica confianza en uno mismo, y un incremento real de la propia autoestima, ya que es factible comprobar con evidencia la propia fuerza, y nos coloca en el reto de desarrollar nuevas aptitudes y habilidades que de otra manera no escogeríamos aprender.
Para ser parte de la solución es necesario renunciar a la fantasía de que los problemas desaparecerán si no se admiten, o que alguien más los vendrá a solucionar por nosotros. Asumir la responsabilidad y esforzarse por encontrar nuevas formas de conciliar un conflicto, o problemática, puede generar un sentimiento de valía persona, restableciendo la propia sensación de poder e integridad. Ser parte del problema, nos coloca en un papel pasivo, en un rol de víctima, que se siente avasallado por lo que le sucede, quién culpa a todos y a todo por lo que un obstaculo representa y quien se queda al margen de la situación naufragando entre la desesperación, la frustración y la impotencia. Si aceptamos que como seres humanos estamos expuestos a que ocurran eventualidades, cada embate que nos amenace, puede ser tomado como esa oportunidad que nos permite crecer, ser mejores, vencer la adversidad y salir con una experiencia de vida invaluable. Si no aceptamos que como seres humanos estamos expuestos a que nos aquejen los problemas, cada obstaculo representará para nosotros un castigo más, una injusticia más, una circunstancia que está especialmente diseñada para vencernos y actuaremos de acuerdo a esas expectativas en la vida. Así que cada uno decide, cada uno tiene la libertad de escoger su mejor herramienta, si una buena actitud y la firme convicción de salir avante, o el derrotismo, y una clara y pesada carga que nos revela lo hostil que es el mundo.
NOTA MENTAL: Enfocate en las Soluciones
TÚ decides en que parte de la vida prefieres vivir, en el del sufrimiento o en el de la creatividad buscando formas, fórmulas y medios!
lunes, 13 de julio de 2015
domingo, 12 de julio de 2015
PSICOLOGIA: CRISIS EMOCIONALES
“La manera en que vemos el
problema, es el problema”
Stephen R. Covey
Las
emociones representan el centro que sostiene el desarrollo personal de cada ser
humano. No es posible desvincularnos
de las emociones, y el aprender a atenderlas, comprenderlas y educarlas debería
convertirse en una de nuestras prioridades, para mejorar nuestra calidad de
vida en general.
La
vida en sí es un viaje constante, que está lleno de subidas y bajadas, de
éxitos y fracasos. La vida nos coloca en
muchos senderos emocionales que pueden ser difíciles de superar, son
imposibles de evitar y son algo inherente a vivir.
La
palabra crisis proviene del griego KRINEN que significa decidir, distinción y
juicio, no constituye un término negativo, sino por el contrario nos habla del
momento en que la rutina deja de ser una buena guía y nos muestra la necesidad
de generar un cambio en la vida. La crisis
emocional puede ser un obstáculo, pero también puede ser una oportunidad, si
aprendemos a atravesar las dificultades con serenidad. Cualquier crisis emocional que se nos
presente en la vida por pequeña que sea, representa un desafío que es necesario
ser resuelto y superado, para llevarnos a una nueva etapa en nuestro
crecimiento y madurez personal.
Una
crisis emocional entonces, es una situación difícil de desequilibrio que puede
ir acompañada de estrés y ansiedad, que afecta el funcionamiento general de una
persona. Puede considerarse como un
malestar emocional que altera el funcionamiento natural de la persona, es un
momento de transición y cambio que generan un desafío en la vida de la persona
que la sufre.
En
muchas circunstancias, no es la crisis en sí, sino la forma en que creemos que
los conflictos, los obstáculos o los desafíos de la vida nos afectan. A veces consideramos que las cosas no tienen
solución, porque no nos han pasado antes, o nos sigue ocurriendo lo mismo una y
otra vez, sin poderle dar una solución eficaz. Cuando experimentamos una crisis
nos podemos sentir aislados de la vida y de las personas que amamos, debido a
que los demás pueden no comprender por la angustia que estamos pasando, en
muchas oportunidades atravesamos una sensación de pérdida real o imaginaria de
una posición, de una situación, de una persona o incluso de nosotros mismos.
Las
crisis emocionales más comunes son:
1.
Terminar
una relación de amistad o de pareja
2. Fallecimiento
de un ser querido
3. Sufrir un
accidente en donde se está en recuperación o perder alguna facultad física
4. Recibir la
noticia de tener alguna enfermedad física grave
5. Estar en
medio de un proceso emocional como depresión o ansiedad
6. Pareja o
algún familiar enfermo
7. Perder el
trabajo
8. Ser víctima o testigo de un robo o asalto
9. Vivir un
desastre natural como inundación, huracán e incendios
10. Problemas
económicos
CÓMO
AFRONTAR UNA CRISIS EMOCIONAL
La
vida está llena de situaciones y giros inesperados, decisiones, obstáculos,
crisis y/o pruebas a superar. No podemos
escaparnos de todos los matices que la vida trae en su cotidiano
acontecer. No es lo que nos pasa lo que
nos define, sino como lo enfrentamos y como lo resolvemos. Las vicisitudes de la vida no terminan, eso
es algo que tenemos que aceptar.
Las
crisis son una oportunidad que debe ser aprovechada por quienes la padecen,
requieren de tener una actitud de reflexión y decisión ante como transitar este
nuevo cambio que no has pedido, que no has esperado, pero que te pide su
compromiso para sobrellevarlo y vencerlo saliendo transformado. La evasión es la opción más fácil de tomar,
pero la más complicada ya que nos aleja
de nosotros mismos y nos trunca la posibilidad de aprender a manejar una
situación crítica, y superarla con éxito al momento.
“El dolor es inevitable, el sufrimiento
es opcional”
Buda
Los
conflictos, las perdidas, las enfermedades y la muerte son causa de un dolor
natural, pero de un sufrimiento magnificado que puede ser evitado porque deriva
de nuestra inmadurez e incompetencia emocional.
Podemos prepararnos para vivir y acompañar mejor las situaciones de
crisis aprendiendo a realizar un trabajo de equipo entre razón, sensibilidad,
sentimiento, voluntad y acción.
1.
ACEPTA
LO QUE ESTAS VIVIENDO
Las crisis emocionales tienen un
sentido, no es para molestarte ni para arruinarte la vida, sino para que te
desarrolles como ser humano, para que puedas crecer, madurar y
evolucionar. Recuerda, todo pasa, es una
transición.
2. NO LUCHES
CONTRA TU EXPERIENCIA
Luchar en contra de lo que te
ocurre solo te producirá un desgaste, no podrás erradicar la situación y solo
tirarás la energía que necesitas para enfocarte en ti mismo y salir lo más
fortalecido posible de esta experiencia.
3. TOMA TU
PROPIA RESPONSABILIDAD
Hay un camino de salida en cada
crisis emocional, y es descubrir tu propia responsabilidad en lo que te pasa,
cómo participas de tus problemas, cómo te expones o colocas en situaciones que
te pueden generar conflictos que es necesario reconocer para no volver a caer
en ellos. El camino de salida, es decir
reconocer tu responsabilidad no ocurre de un día a otro, es un proceso que
transitamos día a día.
4. ENCUENTRA
EL APRENDIZAJE QUE ESTO TE BRINDA
Descubre el mensaje que esta crisis
tiene para ti. Pierde el miedo a vivir
cada etapa de tu crisis, no lo evites.
Es mejor enfrentar el miedo, la necesidad de huir y enfocarse en
encontrar una estrategia para enfrentarla y resolverla.
5. DESCUBRE
TUS FORTALEZAS
Reflexiona sobre tu persona antes
de esta crisis, reconoce las decisiones voluntarias e involuntarias que
tomaste, para descubrir la ley de causa y efecto. Toda crisis es el resultado de una acción,
que conlleva consecuencias y repercusiones.
Cuando reconozcas la causa, o tu parte de participación en lo que te
pasa, podrás evaluar objetivamente en qué eres fuerte y decidido, y en qué
permites ser arrastrado a circunstancias que no terminas de comprender o
concretar.
6. NO CAIGAS
EN PENSAMIENTOS NEGATIVOS
Recuerda las crisis emocionales que
ya has superado en tu vida y no te desanimes.
Aprende a reírte de lo que te pasa, de ti mismo y de la situación en sí,
no por hacerla de menos, ni para quitarle importancia ni valor, sino para
recordarte que eres un ser humano que sigue aprendiendo de la vida, que se
sigue equivocando y que estos pasos son necesarios para convertirte en una
mejor versión de ti mismo.
7. RE ORDENA TU
VIDA DESPUÉS DE LA CRISIS
Mira las cosas como son, nada es
permanente. Una perdida hoy no significa
una pérdida para toda la vida, a veces debemos pasar por los procesos de cambio
para valorar mejor la vida, para tener una visión más amplia, más clara, más
madura de lo que hacemos, de quienes somos, de quienes son los demás para
nosotros. Y en muchos sentidos, cuando
la crisis ya pasó, miras nuevos horizontes que antes no estaban a la vista,
mejores lugares, historias y personas llegan a tu vida, siendo tú también una
mejor persona para valorarlas, disfrutarlas y reconocerlas.
8. NO CEDAS A
LA CULPA Y EL ENOJO
Echar culpas cuando atraviesas por
una crisis o enojarte contigo o con los demás, no te ayudará a superarla y te
dejará estancado en sentimientos que solo pueden intoxicarte. No hay nadie que sea 100% culpable de lo que
le ocurre, o de lo que pasa, todos los que participamos de un evento somos
responsables en alguna medida, lo hayamos decidido voluntariamente o no. Vigila tu monologo interno, y no caigas en
esas frases absolutistas en donde te sientes culpable por todo, o víctima de
todos. No tienes el poder de ser un
total destructor del mundo, como tampoco eres capaz de ser una víctima inocente
y vulnerable en la vida. Sal de esas
posiciones imaginarias y extremistas y toma el control de tu vida, desarrolla
la fuerza y valentía para salir de esa posición y conocerte de mejor forma a ti
misma.
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