Buscamos lugares, espacios y posiciones en donde sentirnos bien, seguros y amados. Cuando perdemos por diversas circunstancias de la vida esos espacios, no solo se trastoca la realidad externa con la perdida, sino la realidad interna con los movimientos forzados a reubicarnos.
Es condición humana aprender que nada en esta dimensión es eterno, estático o permanente. Siempre estamos expuestos a los cambios. Es en ese breve momento de vacíos, en donde cada uno da muestras de si mismo, creando, adaptando o simplemente quedándose estancado en aquello que no ha podido resolver para seguir adelante
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