Cuando logramos conocer a personas que nos dejan huellas en la vida, es cuando comprendemos qué tipo de persona queremos ser.
El afecto humano no es un aspecto meramente romántico, es una forma de sentirnos incluidos, seguros, amados e identificados con las personas que decidimos dejar entrar en nuestra vida y en nuestro corazón. Cuando le abrimos la puerta a alguien para formar parte de nuestra vida, no solo aprendemos del mundo, sino de nosotros mismos.
El afecto humano no es un aspecto meramente romántico, es una forma de sentirnos incluidos, seguros, amados e identificados con las personas que decidimos dejar entrar en nuestra vida y en nuestro corazón. Cuando le abrimos la puerta a alguien para formar parte de nuestra vida, no solo aprendemos del mundo, sino de nosotros mismos.
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