La soledad supone una falta de contacto con otras personas, así como también la falta de
compañía, ya sea de forma voluntaria o como resultado de circunstancias fuera
de nuestro control. Existen distintos matices de soledad para cada persona que la elige o
que en su defecto, la sufre. No es factible padecer de una soledad absoluta, como seres humanos necesitamos mantener algún tipo de cercanía con las demás personas, es por ese motivo que establecemos relaciones sociales con los demás. La soledad en pequeñas dosis controladas resulta imprescindible para ordenar nuestras ideas, descansar o concentrarse en asuntos de prioridad.
Cuando nos desconectamos de los demás, inevitablemente tenemos que conectarnos con
nosotros mismos, es por ese motivo que para muchos la soledad resulta intolerable
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