jueves, 29 de enero de 2015

DEL LABERINTO : 2


Vaya usted a saber cuánto le ofendo con solo mi presencia, usted se descompone y ni siquiera me conoce, y sé que no le he hecho nada, nada que usted no haya iniciado, correspondido o incluso acotado.

Vaya usted a saber cuánto le ofendo, que con solo la mención de mi nombre se le desata una tormenta por dentro, que arrasa sus espacios seguros y le hunde en ahogos y desechos.

Vaya usted a saber que tan profundo le ofendo, que estoy más lejos que el mar y aún así soy la protagonista de sus más dedicados improperios.

Vaya usted a saber cuánto le lastimo por dentro, que a pesar de representar una franca cordialidad cuando nos vemos, aún me aclara con muecas y expresiones directas el desagrado que le genero.

Vaya usted a saber que tan agudo y crónico ha sido el dolor que le genero, que aún repica en mi mente las únicas palabras que me regaló en la infancia...

"No me vuelvas a decir mamá, que el día que tenga una hija como tú, mejor me muero"

Vaya usted a saber, de donde ha surgido todo lo que la ofendo.

domingo, 25 de enero de 2015

DEL LABERINTO : 1


Si usted no se esmera en decodificarme, no pretenda que me conoce.

Téngalo claro, no estoy hecha para la velocidad, pero sí para los desafíos, disfruto un buen enfrentamiento mental, me gustan los vencedores, aprecio a los buenos perdedores y admiro a los que no se dan por vencidos en lo que se proponen.  

Observo detalladamente cómo manejan el poder las personas a quienes les otorgo presencia en mis espacios y me enfoco atentamente en ver cómo lidian con la frustración aquéllos a quienes les presento mis paredes.  No es que ponga a prueba a nadie, lo prometo, no lo hago a propósito; ha sido tan complicado aceptarme y acostumbrarme a mi misma, que tengo esta extraña estructura para ordenar mi propia vida y darle un lugar a todo caminante.   

En mi mundo, todos caben, todos pueden decidir llegar, instalarse, visitar o incluso marcharse, a nadie juzgo, a nadie exilio de mi ámbito y aquél que se haya ido siempre podrá regresar, pero no encontrará disponible el mismo lugar.  En mi mundo hay tantos niveles, y esa es la razón por la cual es agotador y necesario ordenar.   

Si no te valgo el esfuerzo, el tiempo, el reto y la pena, seguramente no apreciarás ni reconocerás cuando te otorgue el espacio, la atención, el cuidado, la confianza y la alegría.   Seguro que si no buscas decodificarme, lo mejor es que en mi mundo solo busques el nivel más lejano, más simple y el más cordial, el lugar del turista que llega, visita y transita en las periferias de mi personalidad.