martes, 23 de diciembre de 2014

NO ES LO MISMO PAYASEAR QUE EL PAYASO


El Payaso es un creador, un artista, una persona con la vocación de evocar emociones, generar sentimientos, inspirar sensaciones, y provocar espontáneas risas.  Tiene una visión distinta del mundo, reordenándolo de tal forma que nos permita reír de todo lo que no parece causar gracia alguna.  El payaso es el reflejo del niño que todos podemos llevar alojado en nuestro interior, enseñándonos con sencillez e inocencia la gran capacidad que tenemos todos los seres humanos de trascender de los fracasos y transformarlos en experiencias, en historias, y en aprendizajes con un toque de humor.  El payaso no actúa, sino vive, experimenta, juega y reacciona ante lo que sus ojos ven, y magnifica las emociones que ve a su alrededor, buscando accionar, invocar, evocar y provocar, a través de bromear, a través de jugar.  Pero la visión del payaso no es tan sencilla, el payaso ve el horror de la realidad, eso lo asusta, eso lo abruma y es por ese motivo que busca traducir y buscar otro ángulo para ver la realidad.   Sólo un payaso sabe cuanto dolor existe, y en esa cruda mirada que tiene que presenciar, cose las heridas propias a través de jugar con la realidad, a través de maquillar su existencia con apariencias de alegría que regala a todos los demás.

Payasear sin embargo, no es igual al payaso. Payasear es un juego al que todos nos vemos expuestos.  Hay bordes del payaso que encontramos en nuestro caminar, sin tener esa vocación. Cuando encontramos tristeza, buscamos el juego de bromear, para reír aunque tengamos ganas de llorar. Buscamos con una temporal mueca, disfrazar la tristeza intentando parecer feliz y sonreír. La risa es una de las capacidades humanas que tenemos para sobrellevar las crisis de la vida, para poder encontrar los aspectos positivos de los altibajos a los que nos vemos expuestos.  El bromear es la capacidad del ser humano para excluir de su experiencia los aspectos que no son placenteros, es jugar, y al jugar lo que se hace desde la infancia es intentar por medio de la repetición, la ilusión de dominar y controlar las ansiedades personales que experimentamos en distintos contextos. Todos payaseamos de una o de otra forma, ante circunstancias que desatan nuestro miedo, angustia, o ansiedad, pero el payaso es un artista, quién ha logrado a través de su talento buscar nuevas visiones ante situaciones críticas que los demás no podríamos observar.  Es justo ahí en donde podemos apreciar el talento de algunos, que han logrado destacar de una capacidad naturalmente humana, con brillos únicos de creatividad.  

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CARTAS OSCURAS DIA 6


domingo, 2 de noviembre de 2014

NI TODOS SON ESPINAS, NI TODOS SON ROSAS...


HABLAR LA VERDAD NO ES LO MISMO QUE HABLAR MAL DE LOS DEMÁS



Últimamente he estado pensando en qué radica la diferencia entre hablar mal de los demás y decir la verdad. Como seres humanos, tenemos derecho a hablar de los acontecimientos que nos pasan, de cómo estos nos hacen sentir, y hasta de cómo tales experiencias pueden marcar nuestra personalidad, nuestro camino y lo que fuimos, así como lo que somos y lo que estamos planeando de ahora en adelante ser.   Sin embargo, no es lo mismo asumir nuestra posición activa en lo que vivimos, encontrando la propia participación, relatando lo que nos ocurrió siendo activos en la propia vida, que hablar de lo que nos ocurre como si no hubiésemos estado ahí, lamentarnos pasivamente de las circunstancias y no descubrir en nosotros mismos responsabilidad alguna de estas mismas experiencias.  Creo que justo ahí es donde se da el empalme de caminos en donde podemos diferenciar entre hablar mal de los demás y hablar la verdad de lo que nos ocurrió.  Cuando hablo mi verdad, hablo desde la primera persona, desde quién soy, admitiendo mi participación sobre lo que pasó, por qué pasó, como me sentí al respecto y lo que en cierta forma pude aprender de esa experiencia, ya sea bueno o malo.  Cuando hablo mal de los demás, escondo a mi persona, y hablo como una víctima de las circunstancias, una víctima de los eventos y una víctima de las personas, y en mi relato hay solo una constante desviación de mi responsabilidad como ser humano y hago responsable a todos los demás por lo que me pasó, por lo que sufrí, y hasta por lo en que me convertí.  

No es difícil identificar cuando alguien se esconde de su responsabilidad, es solo cuestión de escuchar cuanto asume de si mismo, cuanto reconoce que pudo al igual que todos también equivocarse, y cuanto puede admitir lo que le falta por aprender. No es malo que podamos decir lo que nos ocurrió, siendo lo más objetivo posible, no buscando responsables de nuestras experiencias, sino buscando aprendizaje de lo que pudo pasarnos en la vida.  Cuando buscamos culpar, cuando buscamos que nos vean como víctimas, cuando buscamos que los demás se apiaden de nuestras circunstancias, cuando buscamos hacer malos a los demás, tratando de vernos bien, justo ahí estamos hablando mal de los demás y no hablando la verdad.  Es bueno tener claro que en esta vida, no hay nada, ni nadie que sea cien por ciento bueno, ni malo, todos somos seres humanos y todos tenemos virtudes y defectos, errores y aciertos, todos tenemos una responsabilidad personal que asumir.


NO HAY IMPOSIBLES


sábado, 1 de noviembre de 2014

QUEJARSE


Quejarse es algo propio del ser humano desde que nacemos al no poder hacerlo de forma verbal, nos quejamos a través de emitir un llanto que puede significar no solo incomodidad,  sino una necesidad que el mismo bebé no puede satisfacer.   Es así que la queja remite al grito más primitivo del ser humano, el estado de dependencia que un individuo sufre al momento de no ser capaz en la realidad de valerse por si mismo en el período de la infancia. 

Sobre esta premisa la queja lastimera remite a no actuar, a ofrecer excusas para que la persona no desarrolle las habilidades que necesita y recurre a quejarse para evitar el esfuerzo de hacer algo por si mismo. Cuando nos quejamos hay muchos objetivos dentro del mismo quejido, entre ellos la tristeza que nos puede generar la incapacidad en la que nos sentimos atrapados, a su vez, también nos hace desviar la atención propia y de los demás, justificando nuestra falta de iniciativa, acción y fuerza para resolver lo que nos hace quejarnos.   

El quejarse entonces, parece ir del lado de acomodarse en la incomodidad.  Puede referirse a que la persona acepta que su situación actual es mejor que moverse de la misma, y se queja esperanzada en que algo o alguien le saque de esa situación para así realizar el menor esfuerzo de su parte. En esta acción hay una demanda, y es que alguien más le rescate de esa posición del desvalido, como una especie de conducta repetitiva de los estadíos infantiles en donde la madre se ocupaba de todas las necesidades de su bebe.   

Quejarse implica, no buscar soluciones por nosotros mismos, movilizarnos a nuevas situaciones o lugares y una clara decisión, consciente o no, de no querer progresar.


viernes, 31 de octubre de 2014

INTOXICADA


ENTRE PUNTOS SUSPENSIVOS


Hay etapas en la vida que quedan justo así, entre puntos suspensivos.  He de admitir que ya llevo un buen tiempo patinando entre los suspensos de la vida, de la experiencia, del amor, del conocimiento, del fracaso, de los abandonos, de las malas interpretaciones y hasta del dolor.   He de admitir que la incertidumbre es uno de los espacios más atemorizantes que he tenido que transitar a lo largo de mi existencia, el creer en algo, el confiar en algo, el apostarme completa por algo, y definitivamente nunca tener garantías, eso hace que la vida esté llena de suspensos que pueden aniquilarnos,  si no sabemos que hacer con ellos.

miércoles, 29 de octubre de 2014

DESTIEMPOS EN EL AMOR


Cualquier persona que establezca una relación amorosa que incluya algún tipo de violencia emocional, y decida a su vez mantenerla debido a la intensidad de sus sentimientos, se convertirá en presa de una dinámica de amor adictivo.  El amor que se convierte en adicción, es un destiempo en el amor, no es un amor que nutre, sino una desviación amorosa que genera dependencia, así como lo haría el alcohol, las drogas, el juego o incluso la comida.  El amor no se expresa en la linea de la necesidad, de la adicción, ni de la dependencia excesiva hacia otra persona.     Este tipo de relaciones que se establecen en destiempos del amor, generan intenso dolor y sufrimiento al verse alejados el uno del otro, ya que se promueve la falsa idea de no poder sobrevivir sin la presencia de la pareja.   Esta forma de relación, crea en los integrantes de la misma,  una cruel dependencia, formulando a su pareja como el centro de su vida, y la fuente principal de sus sentimientos buenos y placenteros, lo que genera una imposibilidad de poder alejarse del otro.    Cuanto más dependientes se vuelvan uno del otro, cuanto más agresiva, posesiva, intensa y frustrante será la relación, debido a que pierden de vista el límite de ser dos personas que comparten y se convierten en una sola a través de una errática fusión.

SEÑALES DE HUMO


LO QUE SIGO BUSCANDO


DANZANDO


miércoles, 22 de octubre de 2014

SOLEDAD ES DESCONECTARSE DE TI MISMO


ECOS DIFUSOS


A veces entrego tanto de mi persona que me veo involucrada en circunstancias que me dejan en el vacío, eventos que me dejan en la oscuridad.  Mis sentimientos siempre buscan reafirmarse, siempre buscan el valor que tanta falta me hace cada día.  Creo que a veces me lleno de muchas palabras, para intentar encontrar un orden o para generar  un sentido a todo este dilema.  ¿Y si nada valió la pena?  ¿Y si no quedó nada de toda esta construcción?   Tal vez si soy honesta, si soy sincera conmigo misma, tendría que admitir que aunque sufrí, también disfruté mucho de esta travesía.  Tal vez,  así sean los cierres, tal vez,  es cuestión de aprender a dejar ir lo vivido, tal vez,  si reconozco que hice todo lo que pude haber hecho, y que no quedó más por aportar.  
¿Por qué estas circunstancias me hacen patinar tanto en el mismo lugar? 
Probablemente no es el evento y no son las personas, es el tiempo de afrontar que algo mío murió.

FELICIDAD EN TODO EL TRAYECTO